sábado, 23 de abril de 2011

Desarrollo Responsable. Chiva donde se merece.


Cuando uno ama a su pueblo no tiene más remedio que preguntarse una y otra vez si su pueblo está donde se merece. Se pregunta dónde han colocado a Chiva quienes la han gobernado últimamente a espaldas del interés general. En el mapa de las oportunidades y el desarrollo parece que Chiva se haya quedado al margen. Y eso que las condiciones de partida no eran malas: con las ventajas e inconvenientes de su cercanía a la capital, con un término municipal de 180 km2 y una sierra inmensa que aún espera ser puesta en valor; con una posición estratégica a pocos minutos del puerto, el aeropuerto y la línea de Alta Velocidad y bien conectada con Madrid (A3) y Barcelona (A7), no tendría que haber visto pasar las oportunidades de largo. No, la verdad es que Chiva no está donde merece.

Quienes han estado al frente del municipio han dado la espalda a aquellas excelentes condiciones y se han volcado en el interés de unos pocos. Al concentrarse en el negocio próximo, han olvidado planificar el futuro. Por eso el paro sigue creciendo aquí mientras ha empezado a disminuir en los pueblos de alrededor, con muchas menos condiciones naturales.

Y es que hay dos modos de gobernar Chiva: en interés de unos pocos o en interés de la mayoría. Cuando se actúa sin un plan, cuando se esconde el Plan General de Ordenación Urbana, a fin de tener las manos libres y actuar aquí o allá favoreciendo los privilegios, recalificando suelo a voluntad y desordenado el territorio, se gobierna el plazo corto. Es lo que hemos visto estos años en Chiva: un Ayuntamiento convertido en el gestor de asuntos de los poderosos, un gobierno que sólo ve el negocio del suelo y la especulación, allí donde otros vemos un pueblo orgulloso de su identidad.
Gobernar para los vecinos es otra cosa: requiere ajustarse a un diseño de futuro como el que establece el Plan General. Un Plan que costó demasiado al pueblo de Chiva para que el actual alcalde lo meta en un cajón. Un plan que contempla un urbanismo sensato sin oscuras maniobras, con suficientes equipamientos educativos, sanitarios y de ocio. Los equipamientos públicos son el único medio que tenemos para corregir desigualdades y mantener un pueblo unido. Un plan centrado en los ciudadanos y ciudadanas y no el negocio de unos pocos.
Cuando se gobierna para todos es preciso atraer inversiones y actividades dinamizadoras del municipio, e integrarlas en aquel diseño de futuro: ecoturismo, industria, logística y distribución de mercancías, etc. Nuestra posición estratégica entre vías de comunicación, por ejemplo, permite proyectar un centro nodal de distribución de mercancías, que con seguridad crearía empleo y dinamismo económico en el pueblo. Atención también al parque industrial, que no se amplía ni moderniza técnicamente desde hace 20 años y por eso hemos visto cómo las grandes empresas pasaban de largo para ubicarse en Buñol o en Cheste. El cooperativismo local, siempre menospreciado por la derecha, es uno de los motores de nuestra economía, como podría serlo nuestra sierra si se implantaran actividades de turismo rural, en vez de destruir patrimonio como se ha estado haciendo.
Pero todo ello requiere un plan pensado para el pueblo y no para el bolsillo de nadie. Requiere otra forma de gobernar a favor de Chiva y sus vecinos. Requiere un gobierno progresista, que apueste por un desarrollo solidario y respetuoso con el medio ambiente. Un plan de dinamización y atracción de oportunidades y de empleo. Un gobierno que coloque a Chiva donde se merece.

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